Investigadores del Instituto del Corazón de Montreal en
Canadá han realizado un estudio que determina que el ejercicio físico mejora la
salud mental. Los beneficios se observan en funciones cognitivas como la capacidad
para pensar, recordar o tomar decisiones rápidas.
El estudio trabajó con un grupo de personas adultas, con un
estilo de vida sedentario, que fueron sometidas a cuatro meses de actividad
física. Los resultados pusieron de manifiesto un incremento del flujo de sangre
hacia el cerebro cuando se realiza ejercicio.
Los especialistas midieron la función cognitiva de los
participantes con test neuropsicológicos. Además, recogieron su composición
corporal, el flujo de sangre hacia el cerebro, el gasto cardiaco y la capacidad
máxima para soportar ejercicio físico. Después del examen los voluntarios
comenzaron a realizar dos sesiones de ejercicio a la semana con bicicleta
estática y pesas.
Tras un periodo de cuatro meses, las personas presentaban
mejores condiciones físicas por lo que sus capacidades para el ejercicio habían
aumentado considerablemente. Del mismo modo, se había incrementado la
eficiencia del sistema cognitivo. Con el envejecimiento se produce, con
frecuencia, un declive en las capacidades mentales, por lo que resulta
interesante conocer que se puede reducir ese declive mental a través del
ejercicio físico.