Según la Organización Mundial de
la Salud (OMS), la actividad física en niños de 5 a 17 tiene gran cantidad de
ventajas para su salud y crecimiento.
Contribuye a desarrollar un aparato locomotor y un sistema
cardiovascular sanos, ayuda al control neuromuscular y a mantener un peso
corporal saludable. Además, tiene efectos psicológicos beneficiosos como el
control de la ansiedad y la depresión.
La actividad física para los
niños y jóvenes de este grupo de edad se realiza principalmente a través de
juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o
ejercicios programados. Las diferentes actividades se desarrollan en el
contexto de la escuela, la familia o la comunidad.
Otra de las ventajas que ofrece
la práctica de este tipo de hábitos saludables es la contribución al desarrollo
social de los jóvenes, puesto que fomenta la autoconfianza, la interacción
social, la integración y su capacidad para expresarse.
Las recomendaciones de la OMS es
que estos niños inviertan un mínimo de 60 minutos diarios en la actividad
física, siendo mayores los beneficios si se aumenta el tiempo. La actividad
debe ser en su mayor parte aeróbica e intercalarse con prácticas que refuercen,
en particular, músculos y huesos.
Los jóvenes activos tienen
mayores oportunidades de adoptar otros comportamientos saludables como evitar
el consumo de alcohol, tabaco y drogas, y suelen tener un mejor rendimiento
escolar.