Practicar deporte es una de las
formas más efectivas de cuidar la salud pero, además, está especialmente
indicado para el tratamiento de enfermedades de carácter reumático. A través
del deporte se reduce el dolor y los
efectos debilitantes de estas patologías, así lo han anunciado los expertos de
la Sociedad Española de Reumatología.
Deportes como la natación o la
gimnasia articular ayudan a mantener el tono muscular, estabilizan las
articulaciones y dotan al organismo de mejor agilidad. El hecho de fortalecer
los músculos, tendones y ligamentos que rodean las articulaciones hace de la
actividad física un complemento ideal en el tratamiento de las enfermedades
reumáticas. Además, disminuye el dolor, alivia la rigidez y mantiene la
resistencia, lo que repercute en una mayor normalización en la vida de los
enfermos.
Otras de las ventajas del deporte
son el incremento en la amplitud de movimiento, la capacidad de amortiguación y
la flexibilidad de las articulaciones. También debe destacarse los aspectos
psicológicos beneficiosos entre los que se encuentra el aumento de la
autoestima, la mejora del estado de ánimo y la reducción de la ansiedad.
A la hora de realizar deporte, la
Sociedad Española de Reumatología recomienda adecuar la actividad a las
características físicas y a la edad de cada persona. Los más indicados son los
deportes de agua porque facilitan la capacidad de movimiento articular y los
menos recomendables son los deportes de choque, como el fútbol o el baloncesto.